sábado, 18 de mayo de 2019

Aprendiendo a comunicar: los rumores y las presiones internas

De la Historia se pueden aprender grandes lecciones que podemos aplicar en nuestro día a día: desde los ejemplos más nimios hasta grandes estrategias en el trabajo. Para aquellos que se dedican al buen mundo de la comunicación, ya sea en cualquiera de las muchas vertientes, siempre deben tener presente cómo comunicaban los que nos precedieron.

Cuando le quitamos el envoltorio al mundo en el que vivimos: grandes y pequeñas corporaciones, nuevas tecnologías, hipercomunicación, nuevos gustos..., no es distinto que cualquier otra época de la Historia: organizaciones sociales compitiendo entre ellas, cambios sociales, avances tecnológicos... Y en todo esto siempre está presente la comunicación. 

La guerra, la propaganda, la política, el arte, la música o las religiones son grandes maestros de estrategias de comunicación que podemos aplicar en nuestros planes actuales. El quid de la cuestión no ha cambiado en todos estos milenios: el centro siguen siendo las personas. ¿Qué ha cambiado entonces? Bueno, ahora al menos no te cortan la cabeza a la primera de cambio. En algo tendríamos que avanzar...

Entrando en materia, ¿qué ejemplos concretos podemos aplicar de la Historia en comunicación corporativa? Un primer paso puede ser saber controlar los rumores y de esto los romanos sufrieron bastante. El emperador Marco Aurelio, entre párrafo y párrafo de sus Meditaciones, libraba una guerra en las fronteras septentrionales con los germanos. Labor que le llevó años y años hasta el punto de que un día enfermo y murió...

... O eso creía el Senado y su familia cuando la noticia llegó a Roma. Tal era la situación de gravedad que sobrevolaba las mentes de los romanos que Faustina, su esposa, se cree que pudo viajar a Egipto para convencer a Avidio Casio, mano derecha de Marco Aurelio y gobernador de la provincia, de que se autoproclamara nuevo emperador. Cuando Marco Aurelio se recuperó de su enfermedad—esto sí era cierto—, se encontró con una guerra civil a las puertas —una de tantas en la sangrienta historia del Imperio—. El episodio terminó con la muerte del traidor y el sometimiento de las provincias orientales sublevadas.

¿Qué nos pueden enseñar los sangrientos conflictos romanos? En una situación de gran presión, tanto exterior como interior, donde hay un cúmulo de intenciones no siempre claras, la gestión de la información es fundamental o se te puede volver en contra y provocar luchas cainitas que destrozan cualquier organización por dentro. Es necesario acallar estos rumores para relajar el estado de ánimo interno y hacer que la institución continúe su avance.

A veces, la mejor estrategia para ello es ir de frente al problema y asumirlo: ver qué es lo que ocurre, qué piensan los miembros de la organización—sean empleados de una empresa, funcionarios de una institución, socios de una asociación, soldados de un ejército, músicos de una orquesta o cualquier ejemplo que se le pueda a uno ocurrir—, asumir aquello en lo que nos hemos equivocado y avanzar hacia una solución que revierta los rumores y sus consecuencias. Nunca puedes dejar que un problema interno se acreciente por los rumores o te puede pasar como al pobre Marco Aurelio y plantarte con una guerra por la toga púrpura...

¿Conoces más ejemplos de episodios llevados por los rumores que hayan provocado conflictos internos?

@julio_dme
Julio De Manuel

PD: Puedes ver la serie-documental de Netflix El Imperio Romano donde se explica muy bien el capítulo de Marco Aurelio en la temporada que trata sobre su hijo, Cómodo.

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